Todos tenemos sueños en la vida, bien a corto, mediano o largo plazo, de lo contrario, estaríamos dando vueltas sin rumbo y esperando que ocurran eventos extraordinarios que nos solventen una situación particular.
Cualquiera que sea el sueño servirá de motivación para despertarte cada mañana con optimismo y la certeza de que lo vas a alcanzar.
Una persona sin sueños, sencillamente se queda en la cama y mira al mundo de soslayo, evitando darle la cara para impedir sentirse vacío, sin visualizar el futuro y sin esperanza.
Tener sueños te conecta con quien eres, significa confiar en ti misma y en lo que quieres lograr estando en esta vida.
Flexibilidad para alcanzar tus sueños
Los sueños impulsan los pensamientos; estos incitan a la acción, que a su vez mueve lo que esté a tu alrededor para alcanzar el objetivo.
Sin embargo, en el camino surgen imprevistos que te ponen a prueba. Es posible que al tratar de alcanzar un sueño tengas múltiples tropiezos que te hagan desviar del camino planeado.
Es en esa situación cuando debes tener la suficiente flexibilidad para darte cuenta de que no existe un solo camino para lograr lo que deseas.
Fluye en el camino hacia tus sueños
Trata de no ser tan rígida ni empeñarte en cumplir a rajatabla la ruta trazada cuando vayas por tu sueño. Esa rigidez solo te traerá enojo, frustración y la tentación de culpar a otros o al mundo.
Si todo se complica, piensa con sencillez. Observa bien, puede que la vida te esté abriendo otras puertas para que transites otro sendero con otras experiencias que al final resulten más beneficiosas para ti.
Entonces, fluye con lo que se te presenta y haz los ajustes que necesites realizar.
Claves para lograr tus sueños
Identifica claramente lo que quieres lograr, sin claridad en tu sueño difícilmente podrás conseguirlo.
Una vez tengas definido ese sueño, establece las responsabilidades que te corresponden; haz un compromiso contigo misma sobre lo que requieres para alcanzarlo y fija metas pequeñas que paulatinamente te acerquen a tu sueño.
Enfrenta tus miedos; cualquier meta, aunque sea muy clara y los pasos para llegar a ella estén bien definidos, despierta una sensación de inseguridad o miedo, bien al fracaso o a no saber cómo superar los imprevistos.
Sé paciente, no quieras llegar de una vez al final o lo quieras todo para ya. Si vas con prisas difícilmente serás consciente de los ajustes que debes hacer tomando otros de los caminos que la vida te abre como oportunidades.
Aunque surjan momentos incómodos, frustrantes y desalentadores, ve en ellos el aprendizaje que puedes obtener.
No culpes a otros si las cosas no salen como quieres. Las decisiones sobre tu vida son tuyas, tú eres quien dará el paso para moverse o quien se quedará inmóvil esperando a que tu plan perfecto y estricto se cumpla.
Ve por tu sueño con la disposición de experimentar todo lo que el trayecto te ofrece, observando para hacerte consciente de lo que vives. Este es tu proceso, disfrútalo y asimílalo.
Persevera para alcanzar tu sueño, pero con los ojos bien abiertos para observar las señales que te indican que debes cambiar la ruta. Con los sentidos y la consciencia atentos para experimentar lo que la vida te ofrece en el camino hacia tu objetivo.